Actualmente, Huaca de la Luna es visitada por más de 60 000 mil turistas al año, en su recorrido Ud. podrá contemplar los relieves y pinturas murales alusivos al “Dios Degollador” o “Aia-paec”, así como transitar por patios y plazas ceremoniales de más de 1500 años de antigüedad.
En este sitio se presume, era el lugar en donde se ofrecían los sacrificios humanos, estas evidencias físicas (esqueletos) fueron encontradas en esta Huaca. La iconografía Moche, muestra escenas rituales, de batallas entre guerreros, en donde los vencidos eran conducidos al templo para ser sacrificados y obtener la sangre, símbolo de fertilidad y renovación de su poder. Esta ceremonia del sacrificio no era presenciada por la gente del pueblo, sino que, se trataba de una ceremonia privada entre los sacerdotes quienes gobernaban durante esa época.
El complejo arqueológico Huacas del Sol y de la Luna incluye dos grandes pirámides truncas, la Huaca Las Estrellas, Huaca del Cerro Blanco, geoglifo de la Araña y otras construcciones ubicadas en la costa norte del Perú, en un paisaje caracterizado por la imponencia del Cerro Blanco, la vegetación que crece gracias a las aguas del río Moche y la cercanía al mar.
Huaca de la Luna consta de seis edificios superpuestos, cada uno de ellos completamente decorado, construido y utilizado en distintas épocas.
El sector norte es uno de los más importantes por concentrar tres componentes:
la fachada escalonada del templo,
la plaza ceremonial más extensa y de uso colectivo y, la rampa que une esta plaza con la plataforma principal del templo.
En la fachada se puede observar una serie de personajes como la deidad de las montañas con cinturones que rematan en cabeza de cóndor, una serpiente, zorros con cabezas trofeos, pescadores, arañas gigantescas sosteniendo cuchillos ceremoniales, personajes tomados de las manos o los llamados oficiantes de los rituales. Cada uno de los diseños tiene una interpretación referida con el culto al agua y la fertilidad de la tierra.